Entrevista a Francesca Sabroso: Koshi Studio


Entrevistamos a Francesca Sabroso, estudiante de la Facultad de Psicología, quien nos cuenta acerca de su proyecto, Koshi Studio.

Lo que buscamos a través de Koshi Studio, es descubrir las comunidades indígenas en nuestro país, encontrar sus talentos y ayudarlos a ser visibles al mundo.

“Este proyecto nace a partir de una necesidad que identificamos por parte de las comunidades artesanas, y es que ellos tienen conocimientos ancestrales de bordado y distintas técnicas que utilizan para producir arte, pero no tienen una respuesta adecuada en el mercado contemporáneo.

Ellos aplican estas técnicas en mantos o en unos aretes que son extremadamente largos o por ejemplo, en unos individuales pequeños. Entonces lo que les pasa a muchos, es que todos estos productos que ellos desarrollan son comprados por tres públicos diferentes; por un lado, están los turistas que lo ven y les parece algo súper innovador; por otro lado, pasan personas y lo compran por el hecho de que son artesanos y  quieren ayudarlos; por último,  los artesanos brindan sus productos a otras personas a través de trueques.

Olinda, quien pertenece a la comunidad Shipibo-Conibo, nos abrió las puertas de su casa, desarrollamos un vínculo muy cercano a ella y su familia. Además, vimos que la comunidad Shipibo-Conibo es una comunidad que destaca bastante en el mundo artístico. Para ellos, la artesanía es el medio que tienen para sobrevivir, entonces tomando en cuenta que es una comunidad que nos ha abierto las puertas, pero además valora tanto el arte, tuvimos una oportunidad de pilotear toda esta idea para ver si realmente respondía a la necesidad que tenían, y hasta el momento están súper felices, de hecho, seguimos buscando crecer con distintas comunidades”, indica Francesca.

Además, Francesca nos cuenta que Koshi Studio busca desarrollar las capacidades de los artesanos y romper las estructuras verticales para lograr una colaboración efectiva y horizontal entre ambas partes.

“Nosotros tratamos romper las estructuras verticales, que suelen darse mucho en estas colaboraciones con artesanos. Por ejemplo, viene una marca y para mostrar que tiene un trabajo con artesanos, les pagan y los denominan como ‘mano de obra barata’. Lo que nosotros queremos es romper con esa verticalidad y buscar la manera de poder desarrollar una colaboración horizontal entre diseñadores y artesanos, tomando en cuenta que ambos son expertos en sus disciplinas. El diseñador, por su parte, tiene nociones y conocimientos básicos de diseño, pero el artesano también es experto en su propia técnica y diseño. Entonces buscamos co-crear productos que sean innovadores y que tengan un mejor performance en el mercado”, menciona Francesca.

Ella nos indica que inicialmente se están enfocando en ofrecer productos educativos, sin embargo, no descartan que a futuro pueda lograrse una diversificación de los productos que ofrecen.

“En verdad no creo que podamos categorizarnos en solo un tipo de producto. Empezamos enfocándonos en un tema más educacional, ya que, una de las integrantes de este proyecto estudió Diseño en Nueva York y sacaron una línea de peluches con un libro que narraba mitos Shipibo-Conibo. En este primer año, venimos trabajando con la comunidad  Shipibo-Conibo como parte de nuestro plan piloto. Además, ellos realizan unos prints que usualmente lo ponen en los mantos y nosotros hemos trasladado estos prints a cuadros que puedes poner en tu casa, pared, etc. El último producto que sacamos, es un producto que surge a raíz de la necesidad que se genera en el periodo de cuarentena y fueron unos libros para colorear.  Sucede que, la comunidad Shipibo-Conibo depende de la venta ambulatoria de sus artesanías y debido a este contexto, sus ventas se vieron afectadas. Creo que sacar este producto fue como un medio para poder ayudarlos a salir adelante. Este libro para colorear, es donde también compartimos  su arte, porque algo que ellos quieren es que su cultura sea más conocida, entonces es una forma interactiva en donde las personas pueden conocer más de su arte y civilizar a los Shipibos-Conibos mientras que los están ayudando”, Francesca nos relata.

Francesca nos cuenta que, a raíz de este proyecto, ella como psicóloga pudo aprender más de la cultura Shipibo-Conibo y su relación con el arte.

“A raíz de este proyecto, yo pude aprender un montón de la cultural Shipibo-Conibo. Estoy viendo el rol que tienen las artesanías en el proceso del empoderamiento psicológico de los Shipibo-Conibos y, de hecho, es una hipótesis que quiero llevar a través de entrevistas y todo. En una de las conversaciones, una de las artesanas nos contó que, si bien, hay todo este empoderamiento posicional y empoderamiento comunitario por parte de los artesanos en el momento en que son conscientes de las capacidades que tienen, salen adelante y se fortalece el auto concepto. De hecho, también hay un tema predominante en el empoderamiento femenino, que realmente me llama mucho la atención y que se genera desde el momento en el que ellos migran desde la selva a la ciudad en busca de mejores oportunidades. Nos cuentan que, cuando estaban en la selva, existía un rol de género, en donde el hombre era el encargado de la casa y de proveer al hogar (cacería), mientras que, la mujer se encargaba del cuidado de los hijos y apoyaba al esposo. Cuando ellos migran a la ciudad, hay una reconfiguración de estos roles. La mujer se vuelve la ‘rockstar’, por así decirlo, tomando un valor importantísimo en la comunidad. Se dan cuenta que es el medio principal que tienen de supervivencia, y entonces, se genera un mayor respeto a la mujer por el hecho de que, en muchos casos, ella se convierte en la proveedora del hogar y saca a adelante a su familia”

Francesca nos recalca que, la propuesta de este proyecto busca reforzar la idea de trasladar la cultura vertical a una cultura horizontal.

«Nosotros valoramos los saberes ancestrales y tradicionales de estas comunidades indígenas, que muchas veces son menospreciados o son vistos como si fueran mano de obra barata, cuando realmente ellos poseen unos saberes ancestrales que no pueden ser ni monetizados. Es algo tan valioso como el ‘’kené’’, que es un diseño Shipibo-Conibo que en el año 2008 fue denominado patrimonio cultural. Esto debido a la fuerte carga cultura que tiene y porque son saberes que no pueden ser perdidos.

A través de Koshi Studio, lo que buscamos es  destacar los derechos de autor al artista. Nosotros reconocemos como dueños y portadores de cultura a cada uno de los artesanos. Cada producto que es desarrollado se cuenta y se comparte sobre un poco de la historia del artista que lo realizó y es retribuido de la manera más justa y transparente por todos sus aportes en el desarrollo del producto», menciona Francesca.

Por último nos cuenta que están evaluando la posibilidad de darle una segunda vida a un producto, como parte de la sostenibilidad de su proyecto.

«Por ejemplo, digamos que tienes una casaca jean que ya no usas, entonces, nosotros buscamos darle una segunda vida a través de los bordados que son realizados por los artesanos shipibos-conibos. De esa forma, le brindamos una oportunidad de trabajo y expresión al artesano.

Buscamos ser una plataforma que les ayude a visibilizar su arte, su cultura, su talento, porque realmente ellos cuentan con las herramientas necesarias. Nosotros los ayudamos a adaptarlos a la demanda actual del mercado para que así puedan tener un mejor performance y satisfacer la demanda actual del mercado. De esta forma, ellos podrán mejorar sus ventas, aprender nociones básicas de diseño, estrategias de venta y  así, obtener mayores ingresos que les permita mejorar su situación socioeconómica”, finaliza Francesca.

 

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